Músculos y huesos: osteoartritis. Miércoles
Editorial | Medidas no farmacológicas para sobrellevar la osteoartritis | ¿Qué es la artroplastía de rodilla?
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Editorial
El antes, el después… y lo que hace posible el camino
A veces, las decisiones clínicas no comienzan con un medicamento, sino con una pausa. Con mirar de frente una realidad que no siempre pide tratamiento, pero sí necesita acción. Por eso, antes de pensar en una receta, un bisturí o una prótesis, hay otra medicina —menos visible, pero igual de poderosa—: moverse, adaptarse, comprender.
Ayer hablamos de las herramientas farmacológicas, hoy de las medidas no farmacológicas para el tratamiento de la osteoartritis: caminar, reorganizar el entorno, fortalecer los músculos que aún sostienen lo que el cartílago ya no puede. No son estrategias menores. Son la base. Porque muchas veces, lo que una articulación necesita no es más medicamento, sino más inteligencia en el cuidado.
Pero también hay días en que todo eso no alcanza.
Días en que el dolor ya no cede. En que los escalones parecen montañas. En que una articulación deja de ser aliada y se convierte en límite. Cuando llega ese punto —no de resignación, sino de reconocimiento— es cuando aparece la opción quirúrgica. No como castigo, sino como posibilidad.
La artroplastía no es una solución mágica. Es un procedimiento complejo que debe llegar a su tiempo: ni demasiado pronto, ni demasiado tarde. Implica riesgos, exige preparación y requiere compromiso. Pero en los casos indicados, puede transformar vidas. No porque devuelva la articulación de antes, sino porque restituye la capacidad de moverse hacia lo que importa.
Y justo ahí comienza otra etapa: la rehabilitación. Dura, exigente, a veces frustrante. Pero esencial. Los primeros días son decisivos: lo que se haga —o no se haga— en esas horas define el éxito que viene después. Moverse aunque duela. Apoyarse aunque dé miedo. Persistir aunque parezca lento. Porque la recuperación no es solo física: es también emocional, simbólica, identitaria.
Hoy también reunimos las claves que preceden a la cirugía… y las que la siguen. La prevención de infecciones. La tromboprofilaxis. La analgesia adecuada. El acompañamiento emocional. Y ese plan de movimiento que, paso a paso, devuelve al cuerpo su derecho a actuar. Mañana integraremos todo el conocimiento en la guía editorial.
No hay un solo camino para sanar. Pero hay secuencias que marcan la diferencia.
Primero, aliviar sin invadir. Luego, aliviar con precisión. Siempre, acompañar con compasión.
— Manuel Alejandro Monroy Funes. Director Editorial.